Ayuntamiento:
Pza. de Picasso, 1 -
28730 Buitrago del Lozoya
Tel.: 91 868 00 56
Altitud: 975 m. |
Superficie: 26,5 km2 |
Población: 1.865 habitantes.
Distancia desde Madrid: 74 km.
Acceso por carretera: A-1 hasta la salida 74.
Acceso en autobús: Desde Madrid (Pza. Castilla), líneas 190A, 190B, 191 y 196 (Continental Auto)
El término municipal de Buitrago de Lozoya es atravesado por la A-1. Su casco urbano se asienta sobre un promontorio que forma una curva en herradura sobre el río Lozoya, entre los embalses de Riosequillo y Puentes Viejas.
Situado en mitad del Valle del Lozoya, al pie de las estribaciones meridionales de la Sierra de Guadarrama, su altitud es bastante homogénea, oscilando entre los 860 y los 1200 metros. No se encuentran elevaciones destacadas y el territorio está formado sobre todo por zonas de monte alto que son un resto degradado del bosque mediterráneo de roble y haya, todavía presente en el siglo XIX. En el sector más oriental pueden encontrarse pinares de repoblación. Además del río Lozoya, embalsado casi en todo su recorrido por el término, surcan el terreno los arroyos de la Tejera y Riosequillo, por el sur, y el de la Árcava y Cigüeñuela, por el norte.
La carretera N-I divide el término en dos mitades. Esta situación de paso obligado en el camino hacia el Puerto de Somosierra ha condicionado toda su historia.
Buitrago está dotado de una densa red de vías pecuarias que delata la importancia histórica de estos parajes en el sistema de transhumancia que desde la Baja Edad Media rigió en gran medida la economía agraria de la Meseta Central de España. El eje de la misma lo constituyen las cañadas reales de Velayos y San Lázaro, que atraviesan el término de norte a sur.
Las referencias históricas más antiguas respecto a Buitrago datan del siglo I a. C. (sería la Litabrum conquistada por Cayo Flaminio, según Tito Livio), pero no hay ningún vestigio material que lo avale, ya que no se han hecho prospecciones arqueológicas. Tampoco hay vestigios medievales anteriores a la Reconquista y por lo tanto de la presencia musulmana anterior al siglo XI.
Buitrago aparece de lleno en la historia de la Reconquista en tiempos de Alfonso VI, hacia el 1083 o 1085. Su valor estratégico es la razón de su pronta repoblación por medio de un privilegio otorgado por el mismo rey que facultaba a la Villa para repoblar los núcleos existentes en su jurisdicción y crear otros nuevos. El amplio territorio delimitado por el monarca es el origen de lo que se conoce como Tierra de Buitrago, una comarca que formaba una sola unidad jurisdiccional y cuya cabeza era la Villa de Buitrago.
Durante cinco siglos, esta unidad jurisdiccional tuvo una doble naturaleza. Desde 1368 fue un señorío otorgado por Enrique II a Don Pedro González de Mendoza, familia a la que sigue vinculado hasta la desaparición del Régimen Señorial en el siglo XIX. La familia Mendoza recibió en el siglo XVI el título de Duque del Infantado. Buitrago y los pueblos de su Tierra formaban una Comunidad de Villa y Tierra, institución que los agrupaba tanto para satisfacer sus obligaciones de vasallaje como para defender sus intereses frente a terceros. Suponía el gobierno mediante ordenanzas generales que regulaban la mayor parte de la vida económica y social de la Comarca, así como el asentamiento de nuevos vecinos.
La morfología urbana de Buitrago guarda estrecha relación con su circunstancia histórica. El núcleo más antiguo es "La Villa", es decir, la parte más alta en el recinto amurallado (las murallas podrían remontarse a la época árabe). La rápida saturación de este recinto dio lugar a la aparición de dos arrabales, uno al sur, llamado San Juan y otro al norte, al otro lado del río Lozoya, conocido como Andarrío.
Esta estructura urbana que Buitrago mantiene hasta hoy estuvo plenamente consolidada en la Baja Edad Media. Las parroquias actuaron como hitos de referencia y elementos generadores de la trama urbana. En la Villa, la Iglesia de Santa María del Castillo, única que se mantiene de las cuatro que todavía existían en el pueblo en el siglo XVI, era el elemento central. Intramuros también había que destacar la parroquia de San Miguel y el Hospital de San Salvador, fundado por el Marqués de Santillana en el siglo XV. En el barrio de San Juan, la iglesia del mismo nombre se levantaba en la actual plaza de Picasso, dando origen a la actual calle Real. En Andarrío, la Parroquia de San Antolín estaba levantada junto a la antigua carretera.
Los siglos XV y XVI, época en la que el poder de los Mendoza se asentó definitivamente, constituyeron los de mayor esplendor de Buitrago, en todo lo referido a construcción de edificios y desarrollo urbano. Íñigo López de Mendoza, Marqués de Santillana, fundó la Iglesia de Santa María del Castillo y el Hospital de San Salvador (desaparecido), compró una dehesa llamada El Bosque como finca de caza mayor y construyó en ella un conjunto residencial conocido como Las Casas del Bosque, compuesto de un palacio de recreo y una capilla.
Desde el siglo XVI se puede dar por completado el proceso de poblamiento de la zona y las Ordenanzas Generales cambiaron de orientación, tratando de protegerse del establecimiento de nuevos vecinos, con regulaciones restrictivas. El factor estratégico perdió importancia y empezó a ser dominante el económico. Una de las mayores preocupaciones de los vecinos en esta época fue la salvaguarda de bosques y montes.
Después del siglo XVI se registraron pocos cambios significativos desde el punto de vista urbano y arquitectónico. Durante los siglo XVII y XVIII no se levantaron edificios singulares ni se modificó la trama urbana, en dos centurias caracterizadas por el estancamiento demográfico a la baja. En 1787 Buitrago contaba con 155 vecinos, unos 620 habitantes, lo que supone un grado importante de despoblación.
Con la llegada del siglo XIX, la vieja importancia defensiva de Buitrago volvió a primer plano con la invasión napoleónica. El Ejército francés rompió el cerco de resistencia puesto en el Puerto de Somosierra el 30 de noviembre de 1808 y ocupó a continuación los pueblos de la comarca, Buitrago entre ellos. Parece que todo el recinto amurallado fue pasto de las llamas por lo que parte de la población se desplazó hacia el arrabal de San Juan, que tomó ciertas características de ensanche decimonónico, renovándose su edificación.
Décadas después se modificó la estructura jurídica y económica de la zona con la desaparición del Señorío de Buitrago, de la Mesta, las Desamortizaciones eclesiástica y civil y la nueva división provincial de España.
La primera mitad del siglo XX se caracterizó por el progresivo deterioro de sus edificios singulares que culminó con la destrucción del Hospital de San Salvador durante la Guerra Civil y de los últimos restos de la Iglesia de San Juan. También fue dañada la Iglesia de Santa María del Castillo. A pesar de todo ello, la ciudad no fue acogida al Programa de Regiones Devastadas.
En la segunda mitad del siglo XX, las obras de mayor envergadura fueron la construcción de los embalses que inundan su término, Puentes Viejas y Riosequillo, así como la Estación de Seguimiento de Satélites.
En cuanto a la oferta de turismo rural, las casas rurales en Buitrago del Lozoya son una excelente opción pues permiten disfrutar cómodamente de toda la oferta turística y cultural de la localidad.
Nuestra Señora de la Asunción y San Roque
Esta festividad se celebra a mediados de agosto con misa y procesión, juegos tradicionales, competiciones deportivas y verbenas.
Santísimo Cristo de los Esclavos y Virgen de la Soledad
A mediados de septiembre, con juegos y conciertos.
Feria Buitrago Medieval
Feria con gran tradición donde Buitrago vuelve al pasado para recordar la Edad Media. Hay puestos artesanos, pasacalles, conciertos, animación para todos los públicos... Se celebra en septiembre.
Belén viviente
El Belén Viviente de Buitrago es el que cuenta con más tradición en la Sierra Norte. En él participan más de 200 personas entre actores y técnicos. Está declarada Fiesta de Interés Turístico.