El Convento de San Antonio de La Cabrera ha sido declarado Bien de Interés Cultural (BIC) por la Dirección General de Patrimonio de la Comunidad de Madrid, dentro de la categorÃa de Monumento. Esta reconoce y protege "la construcción u obra producto de la actividad humana de relevante interés histórico, arquitectónico, arqueológico o artÃstico".
Sin duda, el Convento Monasterio de San Julián y San Antonio (como se llama oficialmente) es una joya arquitectónica y artÃstica no solo de la Sierra Norte de Madrid, sino también de todo el conjunto de la Comunidad de Madrid.
Lo primero que llama la atención de este convento es su ubicación a, aproximadamente, dos kilómetros del casco urbano de La Cabrera, a 1.190 metros de altitud, en plena naturaleza, a los pies de montañas donde abundan las rocas y con emblemáticos picos como el Cancho Gordo.
Ya dentro del recinto, son especialmente bellos sus jardines salpicados de fuentes, estanques y canalizaciones de agua. El templo dispone de tres naves, crucero, cabecera de cinco ábsides semicirculares escalonados con cubierta de bóveda de cañón y una torre erigida en dos periodos.
En su interior, pueden verse piezas de gran valor artÃstico como una Virgen renacentista y las pinturas de la Comunión de la Virgen de Claudio Coello y un San Francisco del siglo XVII.
Los orÃgenes del Convento de San Antonio de La Cabrera se remontan a los siglos XI y XII, cuando los monjes benedictinos levantaron un primer monasterio del que se conserva la iglesia. Esta, incluso, podrÃa ser anterior, ya que cuenta con elementos propios de las construcciones prerrománica-visigóticas.
En el siglo XV, la orden franciscana amplió el recinto y este adquirió su mayor esplendor. Sin embargo, la invasión napoleónica obligó a los monjes a abandonar el convento, al que volvieron en el año 1812. En 1835, con la Ley de Desamortización fue expropiado y vendido por el Estado. Antes de que esto sucediese, fue eremitorio, escuela de gramática, casa de retiro y noviciado.
Desde noviembre de 2004, el Convento de San Antonio está habitado y cuidado por una pequeña comunidad de la Orden de los Misioneros Identes, fundada en 1959 por Fernando Rielo Pardal y que está presente en numerosos paÃses.
A este reconocimiento del Convento de San Antonio se suma la declaración de la Ermita de Santiago (Gargantilla del Lozoya) como Bien de Interés Cultural (BIC), en la categorÃa de Sitio Histórico, por la Comunidad de Madrid.