Aunque estamos acostumbrados a ver el rÃo Lozoya calmado, reteniendo el agua en sus embalses, precisamente a la altura del Puente del Congosto, se forma una pequeña garganta, y un mayor desnivel, que estrecha el cauce haciendo que el agua se enrabiete y forme rápidos, lo que resulta un buen lugar para ver su bravura. Junto al puente, además, hay restos de lo que fue un molino que aprovechaba la fuerza del agua para moler el trigo y obtener la imprescindible harina para la dieta de aquellos tiempos.
El Puente del Congosto, además de ser uno de los históricos puentes de la Sierra Norte de Madrid, forma parte del Camino Natural del Valle del Lozoya, que recorre todo el valle, desde El Cuadrón, junto a la A-1, hasta El Paular, en RascafrÃa.
Un buen lugar para iniciar una ruta y ver el puente y la bravura del rÃo Lozoya es aparcar en el Ãrea de Hoya Encavera, una zona recreativa que hay junto a la Presa del Embalse del Pinilla, poco antes de llegar al pueblo de Lozoya, si se viene desde la A-1. Desde esta área recreativa, parte un camino, aguas abajo, que va bordeando el rÃo, y pronto llega al Puente del Congosto.
AllÃ, además de la bravura del rÃo, se ven los restos del molino y unas bonitas vistas del Pico de Peñalara, el más alto de toda la Comunidad de Madrid. Cruzando el puente, y siguiendo el amplio camino, podemos continuar por el Camino Natural del Valle del Lozoya, hasta, por ejemplo, otro de los puentes medievales que encontramos por esta ruta, el de Matafrailes. Asà recorrerÃamos desde el kilómetro 18 hasta el 21 de este Camino Natural, pero es posible continuar hasta completar los casi 32 kilómetros que tiene esta ruta, que es una buena manera de conocer el maravilloso Valle del Lozoya, una de las joyas naturales de la Sierra Norte de Madrid.
De vuelta, podemos reponer fuerzas en alguno de los restaurantes de Lozoya, población que está a solo cuatro kilómetros del inicio de nuestra ruta, y degustar la sabrosa gastronomÃa serrana.
