La Piedra de las Veces refleja el pasado agrícola y ganadero de Gandullas, localidad que junto con Piñuécar forma el término municipal de Piñuécar-Gandullas. Como su nombre indica, este elemento es una piedra circular en cuya parte central está insertado verticalmente un hierro que produce sombra, a modo de un reloj de sol.
La piedra está marcada con unas muescas que señalan las veces, es decir, el tiempo que cada vecino podía usar el agua de la reguera para regar u otros fines. El día estaba divido en cinco veces: mañana, trasmañana, siesta, tarde y noche. De este modo, se aseguraba un reparto del caudal hídrico lo más proporcional posible. Los periodos de uso estaban controlados por los propios vecinos. En cualquier caso, existía un tribunal de aguas para resolver las disputas.
Este sistema tradicional fue perdiendo su uso a medida que Gandullas fue contando con construcciones de canalizaciones y agua corriente. La Piedra de las Veces se conserva en buen estado y observándola uno puede hacer a la idea, perfectamente, de cómo funcionaba.