El paseo comienza en la Plaza Mayor -para llegar, desde la calle Malacuera, se gira a la izquierda por el Paseo de la Varguilla, y la primera a la derecha por la calle de las Monjas-, donde se concentran cuatro de los monumentos más importantes de Torrelaguna:
La Iglesia de Santa María Magdalena , uno de los mejores ejemplos de la arquitectura madrileña, con una mezcla de elementos góticos y renacentistas. Desde la Plaza se puede ver la imponente torre, adosada al muro norte, de planta cuadrada y con tres cuerpos. Junto a ella, se sitúa la portada principal, dividida en tres calles separadas por contrafuertes. En el centro, la gran puerta está flanqueada por un arco carpanel, y sobre éste otro conopial en cuyo tímpano aparece el tema de la Imposición de Casulla a San Ildefonso.
Junto a la Iglesia, a la izquierda, se encuentra el Ayuntamiento , que fue el antiguo pósito, fundado en 1514 por el Cardenal Cisneros como almacén de grano. De planta rectangular y cubierta a dos aguas, cuenta con características renacentistas, como la puerta de entrada con forma de arco ojival. Del edificio original sólo queda la fachada ya que su interior fue totalmente reformado entre 1994 y 1996. Prueba del origen de esta construcción está en la parte superior derecha -junto a la Iglesia- con una lápida que cuenta con el escudo cardenalicio arzobispal de Cisneros y con una inscripción que demuestra quién promovió su construcción.
En frente a esta lápida, al otro extremo de la Plaza, junto a los edificios que están frente al Ayuntamiento, se encuentra la Cruz de Cisneros , y frente a la Iglesia, en el lado opuesto a la Plaza, la Abadía de las Concepcionistas Franciscanas Descalzas , en cuya fachada se puede ver una puerta con una inscripción “Salve María”, que da acceso a un vestíbulo donde se encuentra el torno que comunica con la comunidad. Las muestras artísticas de mayor valor -el edificio fue reconstruido en torno a 1960- se pueden ver en la calle de las Monjas, donde se encuentra el acceso a la capilla y donde la fachada, de estilo renacentista vinculado con Gil de Hontañón, cuenta con un arco de medio punto sostenido por dos pilastras y con remates vegetales. Sobre éste se ubica una hornacina con una imagen en piedra de la Inmaculada Concepción.
De nuevo en la Plaza Mayor, se debe seguir camino por la Travesía de la Plaza -calle que sale a la izquierda del Ayuntamiento-, tras la que se llega, a pocos metros, a una pequeña plaza que surge a la izquierda. Hacia el final de la plaza, a la izquierda, se puede ver la Portada de los Quirós , una portada gótica del siglo XV que daba paso a un patio perteneciente a la casa de los Bernaldo de Quirós, fundadores de la vecina abadía de las Concepcionistas.
Continuando el camino por la Travesía de la Plaza, se llega de inmediato a una calle más ancha donde, para continuar a la izquierda, se debe pasar bajo el Arco de San Bartolomé , uno de los que se conservan de las antiguas entradas a la ciudad. Una vez pasado el arco, se llega a la Plaza de Montalbán, muy frondosa y que cuenta con distintos elementos como son un busto del Cardenal Cisneros y un monumento a San Isidro y Santa María de la Cabeza, oriundos de Torrelaguna. Tras los árboles se puede ver el Palacio de Salinas , construido en el siglo XVI, presumiblemente por el taller de Gil de Hontañón, del que en la actualidad sólo se conserva la fachada original de estilo renacentista y que en su interior alberga la Casa Cuartel de la Guardia Civil.
Continuando la calle, tras pasar la Plaza del Coso, se llega a la calle Malacuera, desde donde se puede ver la espadaña de lo que fue el Monasterio Franciscano de la Madre de Dios -en la calle San Francisco-, fundado por el Cardenal Cisneros y donde se desarrollaba una importante actividad intelectual. La única parte que se observa es dicha espadaña ya que el resto, prácticamente destruido, está dentro de un recinto privado.
Cruzando la calle Malacuera se llega al Palacio Arteaga , también conocido como Palacio del Infantado, construido entre los siglos XVII y XVIII, de estilo clasicista. En su interior se acogió a personajes ilustres como la reina Isabel II, el general Espartero, y los reyes Alfonso XII y Alfonso XIII, pero en la actualidad, debido a su desuso, sufre un elevado deterioro.
Volviendo a la calle Malacuera, y bordeando el Palacio Arteaga, se continúa el recorrido por la calle Mayor, donde, a la derecha, pasada la primera calle se puede ver la fachada renacentista de lo que fue la Casa de los Vargas , famosa familia destacada en la historia castellana cuyas tierras fueron trabajadas por San Isidro, patrono de Madrid.
Continuando por la calle Mayor, bordeando el Palacio Arteaga y girando a la izquierda, se vuelve a la calle La Cava, por la que se continúa, a la derecha, durante unos 150 m., hasta llegar al Convento de las Carmelitas Descalzas , construcción de finales del siglo XIX que nació como fundación benéfica para la enseñanza de niños pobres, promovido por Isabel II y Francisco de Asís, y financiado por los hermanos Montalbán, quienes lo eligieron para albergar sus tumbas.
Continuando por la calle La Cava, se sigue la línea de lo que fueron murallas, en la actualidad edificios, hasta llegar, por la calle Matadero, a la Puerta del Cristo por donde se entra de nuevo al antiguo recinto amurallado. Una vez dentro, por la izquierda se llega a la actual Casa de la Cultura, Antiguo Hospital donde se conserva la puerta de entrada y algunos restos en el interior, siendo utilizado actualmente como lugar de cita de artes escénicas, cursos y talleres. Junto a éste está la Plaza de la Paz, que desemboca en la calle Burgos, por la que caminando en dirección noroeste, se llega a la Plaza de la Montera , lugar donde se pueden observar casas solariegas.
Siguiendo a la derecha, por una ligera pendiente se sale del recinto amurallado junto a la Torre de la Montera , uno de los pocos elementos originales que se conservan de la primitiva muralla. Desde este punto se sigue subiendo junto al cauce seco, pasando al lado de uno de los puentes construido hacia el s. XVIII -apuntalado en la actualidad- y cruzando por una pequeña vaguada se llega a un gran pilón, la Fuente Gorda o de la Hontanilla , en el barrio del Arrabal, que servía de abrevadero del ganado trashumante.
Cruzando de nuevo al otro lado del cauce, se puede seguir el camino rodeando las casas que han ido absorbiendo la muralla hasta entrar en un camino de tierra que bordea el antiguo recinto amurallado, donde se pueden ver antiguos restos de la muralla . El camino de tierra termina al llegar a la calle de la Estrella. Continuando alrededor de la muralla, se llega a la Puerta de Santa Fe lugar por el que se vuelve a acceder al interior de la muralla. Prosiguiendo por esta calle, se llega a la calle de la Estrella, esquina en la que se puede ver el Palacio del Marqués del Pozo , hoy en estado ruinoso. Descendiendo por la calle de la Estrella, por donde se puede observar la facha principal del palacio, se llega a la Alhóndiga , edificio levantado entre los siglos XIV y XV como mercado de abastos. Tras la construcción del pósito -actual Ayuntamiento-, la venta del grano desapareció de la alhóndiga, transformándose en almacén de sal para el ganado. El edificio está construido en mampostería y madera con refuerzos de adobe y ladrillos.
Tras la alhóndiga, continuando por la calle de la Estrella, se llega a la Plaza del Poeta Juan de Mena , pequeña plaza desde donde se puede admirar la torre de la Iglesia de Santa María Magdalena y frente a la que se abre, a través de un sencillo arco que forman unas viviendas actuales, la calle del Pino Centenario, que como su nombre indica, conduce, a pocos metros, hasta un enorme pino centenario que contrasta con su localización dentro de un núcleo urbano. Volviendo a la Plaza del Poeta Juan de Mena, se sigue por la continuación calle de la Estrella -calle del Poeta Juan de Mena-, rodeando la Iglesia de Santa María Magdalena, hasta llegar al final de recorrido, frente a la portada sur, al que en su día fue el Museo de Arte Contemporáneo de la localidad. |