Hoy paseamos por el Riato, en Robledillo de la Jara

31 / 01 / 2025

Robledillo de la Jara es un pueblo con poco más de cien habitantes, que se sitúa entre el Embalse de El Atazar y los valles perdidos del Riato y la Puebla. Llegar a Robledillo de la Jara es una bonita excursión, cruzando parte de la sierra, bosques y una de las presas más antiguas de Madrid: la de El Villar.

Si la semana pasada hablábamos de la ruta al molino de La Hiruela, junto al Jarama, hoy vamos a caminar en busca de otro molino, pero con una característica muy especial, y es que dependiendo de cuando vayas, tanto el paisaje como el molino, van a parecer lugares muy distintos.

El Molino del Riato, del que solo quedan los muros, fue un molino harinero que se movía con la fuerza del agua del Riato tras unirse al río de la Puebla, que poco después desemboca en el Lozoya. Este molino, que compartían los habitantes de El Atazar y Robledillo de la Jara, quedó anegado con la construcción de la presa de El Atazar. Dependiendo del nivel de agua que tenga el embalse, podemos intuir el molino sumergido totalmente, verlo completamente descubierto, o, como más atractivo nos parece, cuando está a medio cubrir y se ven parte de los muros que sobresalen del nivel del agua.

Dependiendo también del nivel del embalse, se puede ver, poco más adelante, los restos del antiguo puente que unía los pueblos de Robledillo y El Atazar, que también se cubre totalmente al estar lleno el embalse.

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Para hacer esta ruta, tenemos que coger la carretera que, desde Robledillo, conduce a Puebla de la Sierra, la M-130, y que en poco menos de dos kilómetros llega al Collado Fragüela (A), donde sale una pista junto al desvío donde está el repetidor de televisión. Cogiendo esta pista, que conduce hasta El Atazar, y no siempre está transitable para los coches, tras una bajada en zigzag, se llega al punto más bajo, que es el puente del Riato (B). Esta pista que une Robledillo con El Atazar, es parte de la Senda del Genaro, de la que os hablaremos en otra ruta.

Dejando la pista, desde el puente, a la izquierda, un camino nos lleva a una pequeña presa muy curiosa (C). Y a la derecha se abre una gran pradera (D), por la que, siguiendo el curso del río abajo, se llega por un sendero hasta el molino (E). También dependiendo del nivel del embalse, nos podemos encontrar que las aguas de El Atazar cubren la pradera, hasta el puente (F), o que, sin embargo, hay que caminar un buen tramo siguiendo el cauce del Riato hasta llegar a la cola del embalse.

En cualquier época, y con cualquier nivel de agua embalsada, esta ruta resulta atractiva, y es un aliciente verla de distintas maneras, así que os animamos a apuntárosla para vuestra próxima senda por la Sierra Norte de Madrid.

[Ver otras Sendas Madrileñas]

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