Hoy paseamos por la Senda Ecológica de Canencia

27 / 09 / 2024

En uno de los puertos de montaña de la Comunidad de Madrid, el Puerto de Canencia, a 1.524 metros de altitud, y a solo 58 kilómetros de la capital, hay una de las áreas recreativas más grandes de la Sierra Norte de Madrid. Es un espacio de esparcimiento entre bosques, donde descansar, caminar, hacer un alto en el camino... Y junto a esta área parte una de las rutas más encantadoras, especialmente para los aficionados a la botánica, y muy apropiada para enseñar a los pequeños las diferencias entre algunas de las especies más habituales de estos hábitats, y descubrir otras especias poco frecuentes en nuestra región.

La Senda Ecológica de Canencia es como un aula de la naturaleza al aire libre, donde manteniendo los ojos abiertos, podemos aprender y enseñar a nuestros peques sobre plantas y también costumbres de antaño. La ruta se inicia junto a la carretera, en lo alto del puerto, que forma un gran llano en ligera pendiente, frente al área recreativa, y junto a la curiosa Fuente del Hornillo, formada con grandes piedras que no pasa desapercibida.

En ese lugar, una pista asciende ligeramente desde la carretera del puerto junto a la fuente, y es el camino inicial que tomaremos. A unos 200 metros, hay una barrera, habitualmente cerrada, que impide el paso de vehículos, pero la cruzamos por el paso que hay en un lateral. Unos 200 metros más adelante, a la derecha, se indica un desvío a un chozo pastoril. Bajando por ese sendero, muy pronto se llega a un claro donde se encuentra un modelo de lo que servía de refugio para los pastores (y que abundaban a lo largo de la sierra) y es muestra de lo que era costumbre no hace tanto tiempo. Volviendo al camino principal, se continúa hasta que el sendero gira bruscamente llegando al Mirador del Norte, un lugar ideal para contemplar las vistas de los casi infinitos bosques de las montañas de Sierra Norte de Madrid.

Más adelante, continuando el ligero ascenso, entre los pinos que nos acompañan durante el camino, comienzan a verse, a orillas de la pista, unos abetos nada convencionales por estas tierras: el abeto Douglas, una especie no autóctona que se plantó de manera experimental y que se ha adaptado perfectamente al lugar. Tras, aproximadamente, 1,5 kilómetros desde el inicio de la ruta, la pista desemboca en una gran construcción, el Albergue El Hornillo. Allí hay un merendero cubierto, y, junto a él, el vallado que hay se abre camino hacia un gran claro con un monolito de piedra que indica el inicio de lo que llamamos la Senda Ecológica de Canencia.

A partir de aquí, comienza un sendero. Nada mas entrar de nuevo en la zona boscosa, a la izquierda, se pueden ver árboles distintos al resto, allí se agrupan varios abedules, que se reconocen por su corteza lisa y grisácea, y de los que veremos más ejemplares salpicados por el camino. Según avanzamos, el bosque de pinos se va sustituyendo por robles, que reconoceremos fácilmente por sus características hojas lobuladas. Por el sendero nos cruzaremos con algunos pequeños arroyos hasta llegar, tras poco más de medio kilómetro, a un mirador, que entre el bosque esconde al arroyo del Sestil, que cae unos 30 metros entre piedras, formando la que se conoce como Chorrera de Mojonavalle.

Es un lugar ideal, y hasta aquí habremos caminado unos 2,5 kilómetros. Si quieres darte la vuelta, se puede deshacer la ruta, pero si quieres seguir y descubrir más árboles curiosos, continuando el camino, que gira casi 180º, se llega a un cruce, en donde giraremos otros casi 180º hasta llegar a un puente que cruza, de nuevo, el arroyo del Sestil. Caminando aguas abajo junto al arroyo, podremos ver dos árboles poco frecuentes, pero algo habituales por la Sierra Norte: el tejo y el acebo (el famoso árbol navideño con bolitas rojas y hojas con pichos). ¡Ojo con arrancar hojas o ramas! Ambas especies son protegidas, y te pueden multar... además, el tejo es tóxico.

El camino termina desembocando en la carretera que sube al puerto desde el pueblo de Canencia, y desde allí se puede volver por el mismo lugar o, avanzando unos metros por la orilla de la carretera, coger un sendero que conduce hasta el cruce de caminos donde giramos después de ver la chorrera. En este punto, podemos volver por el camino conocido o girar otros 180º por el camino que sube a la izquierda y que llega junto al Mirador del Norte que encontramos al inicio de la ruta.

De vuelta de este paseo, podemos visitar el encantador pueblo de Canencia, e incluso pasar allí la noche, un fin de semana, o unos días de descanso para completar la experiencia.

[Ver otras Sendas Madrileñas]

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